SALAH ALKURDECelador de Hospital y hombre decidido. En la lona de su tienda de campaña, tenía pintado un mapa de Siria con tanques y aviones bombardeando por todas partes. Era una representación de la guerra y sus diversos frentes. Salah, me llamó la atención cuando estaba plantando la cámara para sacar algunos recursos de su tienda y, lejos de estar amonestándome por grabar sin su permiso, estaba pidiéndome poder explicar el conflicto y la situación en la que derivó todo, aportando un acento crítico a esta situación tan dramática. Así que, matamoscas en mano a modo de batuta de un maestro de universidad, nos contó todo el proceso de la guerra en Siria y sus diversos actores, así como su situación personal.
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Soy sirio y tuve que salir de Siria para buscar refugio, huyendo de la guerra. Soy padre de cuatro hijos, dos niñas y dos niños y responsable también de mi mujer, de mi madre y de mi padre que casi tienen noventa años. Vivíamos en Siria seguros y contentos hasta que comenzó la guerra y lo ha destrozado todo. Llevamos ya cinco años esperando que la comunidad internacional se ponga de acuerdo para parar la guerra en Siria pero, la comunidad internacional y Las Naciones Unidas, por desgracia, no han hecho nada para parar este holocausto que ha ocurrido en Siria.
Efectivamente, nosotros vinimos desde Siria hasta aquí como refugiados. Huimos de la guerra, la devastación y los bombardeos. Siria, que era un país de paz y seguridad, se ha convertido en un polvorín. Y todo el mundo está en guerra contra Siria. El pueblo Sirio, en su conjunto, sus niños, sus mujeres y sus hombres, huyen de Siria buscando la paz, buscando refugio. Todo el pueblo Sirio se ha desplazado hacia Europa y países europeos para garantizar el futuro de sus hijos.
No encontramos mejor forma de expresar el sufrimiento que hemos vivido en Siria, guerra, devastación…que con este dibujo. Este dibujo representa la guerra en Siria.
La guerra en Siria, se puede ver representada a través de este mapa. En este dibujo alguno se preguntará por qué hay tantos tanques y guerra sobre Siria, por todos sus lados. La guerra sobre Siria afecta a todos sus lados porque hay una conspiración por parte de todo el mundo sobre el pueblo sirio e intereses en destruir y arruinar el país. Nosotros estamos representados aquí, en el norte del país, hacia Turquía.
Turquía es el primer país que ha proporcionado armas y ha traído la devastación a Siria a través de estas fronteras. También Rusia participa en la guerra contra Siria bombardeando a la población y matando civiles. También tenemos aquí, por el lado Mediterráneo que, Europa, también ha participado en la guerra a través de los grupos del Estado Islámico de origen europeo para combatir en Siria. También Estados Unidos participa en la guerra contra Siria. Desde el sur, Jordania también facilita la entrada de terroristas y da soporte armamentístico a los grupos terroristas para destruir el país. Por este lado está Irak, Irán, la aviación iraní, las fuerzas iraníes que entran por Irak hacia Siria para combatir en Siria. Arabia Saudí, el reino de Arabia Saudí, también participa en la guerra y está mandando armas a los grupos extremistas fanáticos terroristas en Siria, como el frente Al-Nusra y al grupo del Estado Islámico.
Ante esto, la población civil bombardeada, esas mujeres, esos hombres, esos jóvenes, no han encontrado un lugar seguro excepto en las fronteras Turcas. Huyeron de la guerra, de la devastación, del asesinato hacia la paz. Hacia Europa.
Turquía ha instalado campamentos para refugiados cerca de sus fronteras, pero considera a los refugiados como una mercancía de negocio para chantajear a la Unión Europea. Turquía ha puesto a Europa entre la espada y la pared ejerciendo toda presión para sacar el mayor provecho en Euros. También beneficios en visados de “shengen” para que sus ciudadanos puedan entrar en Europa. Ha utilizado a los refugiados sirios como mercancía para garantizar una financiación y soporte económico en beneficio del estado turco. Todo ello para recuperar el Imperio Otomano.
Los refugiados sirios se dirigieron a Grecia, hacia Europa clamando la paz, pero se sorprendieron al ver que Europa había cerrado sus fronteras. Entonces, Grecia, se convirtió en un gran asentamiento de refugiados. Grecia también ha presionado a Europa por medio de los refugiados para conseguir mejoras en su economía a costa del dolor de los refugiados. Nosotros estamos sufriendo mucho en Grecia. Estamos viviendo en tiendas de campaña. Esas tiendas que Europa tanto ha despreciado cuando los árabes vivían en ellas, hoy a nosotros, Europa, en el siglo XXI, nos ha cogido y nos ha metido en ellas. Europa históricamente despreciaba las tiendas de los árabes y hoy por hoy, es Europa quien las utiliza. Mirad la contradicción.
Yo, tuve que dejar a mis padres y a mi familia en Siria. En plenos bombardeos. Por desgracia, querían salir conmigo y no he podido traérmelos. Se han quedado allí porque no he podido afrontar los gastos del camino, de los traficantes, de la mafia de la frontera, que está mercadeando con nuestras almas.
Salí de Damasco en dirección a la frontera turca en un viaje que yo llamo “el viaje de la muerte”, porque lo es verdaderamente. Para atravesar la frontera de Siria con Turquía, claro está clandestinamente, el traficante nos cobró mil dólares. Y todo el dinero que tenemos son deudas. No tenemos dinero en absoluto. Por eso salimos, para buscar un futuro para nuestros hijos. Escapamos de la muerte, de los grupos terroristas, de los radicales, de DAESH. DAESH, que ha venido a Siria para destruirla; que ha venido a degollar niños y mujeres, a cualquiera.
En resumen, llegamos a Turquía y, claro, en la frontera la guardia de fronteras turca comenzó a dispararnos. Nos dispararon varias veces y decidimos seguir intentándolo hasta que conseguimos por fin cruzar. Y en una de ellas, en que la guardia disparaba, incluso me atravesó una una bala el pantalón que casi me llaga al pie. Después, cuando cruzamos, me dirigí a Estambul para buscar un traficante que me hiciera pasar de Izmir a Grecia. Estuve allí diez días regateando con los traficantes hasta que encontré uno y por fin pude pasar.
Esperábamos que, al pasar a Grecia nuestro sufrimiento desaparecía, pero por desgracia ocurrió lo contrario, crecieron más que cuando estábamos en Siria. Porque lo que he visto en Grecia no lo he visto en la guerra de Siria. La primera sorpresa fue vernos en un campamento. Nosotros veníamos seguros de llegar a Europa y poder trabajar; de contribuir a a la construcción de la comunidad europea, lo cual nos llenaba de orgullo; de contribuir a la construcción de esta sociedad avanzada que antes nos estaba ayudando a pasar la crisis. Queremos ayudar a nuestros hijos y que su futuro sea mejor que el que se les ofrece en Siria. Porque en Siria hemos llegado a un callejón sin salida.
Nuestros hijos viven en medio de la destrucción, de los bombardeos. Yo tengo dos hijas, la mayor tiene 14 años y tengo un niño de 3 años. Los he dejado en Damasco y no tienen a nadie. Bajo los bombardeos, rodeados de grupos terroristas siempre, de radicalismo, de muerte. Venimos a Grecia y nos encontramos en este campamento que veis. Llegamos en pleno invierno, en medio de la nieve y debido a estas duras condiciones he estado enfermo del corazón. Me ingresaron, estuve bajo observación y a pesar de estar enfermo, me pusieron aquí en la tienda, bajo el frío, la lluvia y el calor, entre la suciedad…
No hay comida, es una comida que no se puede comer. Llevamos ya casi cuatro meses aquí. No tenemos nada de dinero. Ni las organizaciones ni el gobierno nos han dado un solo céntimo. Y nos dan comida que no alimenta. Yo pesaba antes de llegar 88 kilos pero, por las duras condiciones, por las enfermedades de estos cuatro meses, ahora mismo peso 67 kilos. He perdido 17 o 18 kilos por todas estas duras condiciones que vivimos.
Ahora mismo ya nadie viene a vernos, ninguna organización, salvo las organizaciones españolas, a las que por supuesto les doy las gracias, al Gobierno español y a los españoles, por su contribución y por su ayuda a los refugiados, especialmente en el campamento de Kastikas. Porque las organizaciones españolas han ayudado mucho mucho a los refugiados de aquí. No hemos visto ninguna ayuda de otros países, estábamos seguros de que Grecia nos iba a ayudar más y por desgracia no hemos visto nada. Todas las ayudas que nos han llegado han sido por España, y por supuesto gracias a los voluntarios que vienen a ayudarnos y nos prestan servicios.
Y no sabemos qué va a ser de nosotros, cuál es nuestro futuro. Llevamos aquí cuatro meses. Nuestros hijos están en un sitio, nuestros hermanos en otro, y nosotros estamos aquí viviendo en condiciones terribles.
Nosotros pedimos y reivindicamos a la Comisión Europea, a la sociedad civil europea, que levanten sus voces contra esta situación. Porque hemos escapado de la muerte, de la destrucción, de los bombardeos. Allí nos enfrentábamos a una muerte rápida, aquí a una muerte lenta. Entre nosotros hay doctores, ingenieros, abogados, artesanos, Todos vienen para trabajar no están pensando en ser una carga para la sociedad europea.
Y todo el mundo sabe, creo, que el pueblo sirio es un pueblo luchador, trabajador, un pueblo que busca la dignidad. Nosotros estamos seguros que la civilización y la dignidad están en Europa. Tenemos un gran respeto por Europa. Para nosotros los países europeos han sentado las bases de la civilización, de los Derechos Humanos. Tenemos la esperanza de que Europa se fije en nuestra situación. Aquí estamos muriendo lentamente.
Le pedimos al pueblo europeo, a la sociedad civil, en esta crisis, que nos ayuden, que ayuden a los niños, a las mujeres, a los hombres, a los viejos que han llegado hasta aquí; que están bloqueados ante los muros de Europa; que piden apoyo, que piden ayuda a la sociedad civil europea. Queremos que nos saquen de aquí cuanto antes para empezar nuestras vidas de cero, para empezar a construir nuestro futuro, aquí, por nuestros hijos, a los que les han arruinado el futuro en siria.
Aquí en el campamento hay aproximadamente 300 niños. No hay escuelas, no hay enseñanza, no hay condiciones adecuadas para los niños. Nuestra vida civil aquí es totalmente inexistente, nuestra vida aquí es totalmente irreal. Esta vida no es compatible con la sociedad europea, jamás. La historia dará cuenta de cómo fue nuestra presencia aquí, porque está claro que nuestra estancia aquí es insoportable para cualquiera. Por eso, volvemos a pedir a la sociedad civil europea que nos ayude a salir de aquí para poder empezar nuestras vidas, la vida de nuestros hijos, reagrupar a nuestras familias, que podamos continuar nuestras vidas con honra y dignidad.
Y por supuesto, le damos las gracias al pueblo español de forma especial por ayudarnos y a su gobierno de manera general. Y le pedimos a la Comisión Europea que nos ayude y que nos saque de esta crisis
Hoy nosotros estamos en este campamento. Todo un pueblo que viene a trabajar para garantizar el futuro de sus hijos. Entre nosotros se encuentran médicos, abogados, ingenieros y gente con todo tipo de oficio. Todo un pueblo dispuesto a trabajar, a participar y a contribuir a construir Europa.
No vinimos a vivir del estado de bien estar europeo, no somos parásitos. No vinimos a nutrirnos de la economía europea, sino que vinimos a clamar por la paz y un refugio. Huimos de los grupos terroristas para no participar ni con el Estado Oficial ni con los grupos terroristas en la guerra de Siria. Por estos niños nosotros hacemos un llamamiento y pedimos a la Comisión Europea de los Refugiados que tome cartas en el asunto, que tenga piedad con el pueblo sirio que está viviendo bajo las lonas de tiendas de campaña, con lluvia, frío, calor, nieve. Estamos enfrentando una durísima situación. Rogamos a todas las organizaciones europeas y del mundo a contribuir en resolver el problema de los refugiados. Nosotros huimos de la muerte y encontramos la muerte aquí. Llevamos cuatro meses en estas condiciones. Todo es una muerte en la muerte. Esto es una tragedia.
Muchas gracias.
Efectivamente, nosotros vinimos desde Siria hasta aquí como refugiados. Huimos de la guerra, la devastación y los bombardeos. Siria, que era un país de paz y seguridad, se ha convertido en un polvorín. Y todo el mundo está en guerra contra Siria. El pueblo Sirio, en su conjunto, sus niños, sus mujeres y sus hombres, huyen de Siria buscando la paz, buscando refugio. Todo el pueblo Sirio se ha desplazado hacia Europa y países europeos para garantizar el futuro de sus hijos.
No encontramos mejor forma de expresar el sufrimiento que hemos vivido en Siria, guerra, devastación…que con este dibujo. Este dibujo representa la guerra en Siria.
La guerra en Siria, se puede ver representada a través de este mapa. En este dibujo alguno se preguntará por qué hay tantos tanques y guerra sobre Siria, por todos sus lados. La guerra sobre Siria afecta a todos sus lados porque hay una conspiración por parte de todo el mundo sobre el pueblo sirio e intereses en destruir y arruinar el país. Nosotros estamos representados aquí, en el norte del país, hacia Turquía.
Turquía es el primer país que ha proporcionado armas y ha traído la devastación a Siria a través de estas fronteras. También Rusia participa en la guerra contra Siria bombardeando a la población y matando civiles. También tenemos aquí, por el lado Mediterráneo que, Europa, también ha participado en la guerra a través de los grupos del Estado Islámico de origen europeo para combatir en Siria. También Estados Unidos participa en la guerra contra Siria. Desde el sur, Jordania también facilita la entrada de terroristas y da soporte armamentístico a los grupos terroristas para destruir el país. Por este lado está Irak, Irán, la aviación iraní, las fuerzas iraníes que entran por Irak hacia Siria para combatir en Siria. Arabia Saudí, el reino de Arabia Saudí, también participa en la guerra y está mandando armas a los grupos extremistas fanáticos terroristas en Siria, como el frente Al-Nusra y al grupo del Estado Islámico.
Ante esto, la población civil bombardeada, esas mujeres, esos hombres, esos jóvenes, no han encontrado un lugar seguro excepto en las fronteras Turcas. Huyeron de la guerra, de la devastación, del asesinato hacia la paz. Hacia Europa.
Turquía ha instalado campamentos para refugiados cerca de sus fronteras, pero considera a los refugiados como una mercancía de negocio para chantajear a la Unión Europea. Turquía ha puesto a Europa entre la espada y la pared ejerciendo toda presión para sacar el mayor provecho en Euros. También beneficios en visados de “shengen” para que sus ciudadanos puedan entrar en Europa. Ha utilizado a los refugiados sirios como mercancía para garantizar una financiación y soporte económico en beneficio del estado turco. Todo ello para recuperar el Imperio Otomano.
Los refugiados sirios se dirigieron a Grecia, hacia Europa clamando la paz, pero se sorprendieron al ver que Europa había cerrado sus fronteras. Entonces, Grecia, se convirtió en un gran asentamiento de refugiados. Grecia también ha presionado a Europa por medio de los refugiados para conseguir mejoras en su economía a costa del dolor de los refugiados. Nosotros estamos sufriendo mucho en Grecia. Estamos viviendo en tiendas de campaña. Esas tiendas que Europa tanto ha despreciado cuando los árabes vivían en ellas, hoy a nosotros, Europa, en el siglo XXI, nos ha cogido y nos ha metido en ellas. Europa históricamente despreciaba las tiendas de los árabes y hoy por hoy, es Europa quien las utiliza. Mirad la contradicción.
Yo, tuve que dejar a mis padres y a mi familia en Siria. En plenos bombardeos. Por desgracia, querían salir conmigo y no he podido traérmelos. Se han quedado allí porque no he podido afrontar los gastos del camino, de los traficantes, de la mafia de la frontera, que está mercadeando con nuestras almas.
Salí de Damasco en dirección a la frontera turca en un viaje que yo llamo “el viaje de la muerte”, porque lo es verdaderamente. Para atravesar la frontera de Siria con Turquía, claro está clandestinamente, el traficante nos cobró mil dólares. Y todo el dinero que tenemos son deudas. No tenemos dinero en absoluto. Por eso salimos, para buscar un futuro para nuestros hijos. Escapamos de la muerte, de los grupos terroristas, de los radicales, de DAESH. DAESH, que ha venido a Siria para destruirla; que ha venido a degollar niños y mujeres, a cualquiera.
En resumen, llegamos a Turquía y, claro, en la frontera la guardia de fronteras turca comenzó a dispararnos. Nos dispararon varias veces y decidimos seguir intentándolo hasta que conseguimos por fin cruzar. Y en una de ellas, en que la guardia disparaba, incluso me atravesó una una bala el pantalón que casi me llaga al pie. Después, cuando cruzamos, me dirigí a Estambul para buscar un traficante que me hiciera pasar de Izmir a Grecia. Estuve allí diez días regateando con los traficantes hasta que encontré uno y por fin pude pasar.
Esperábamos que, al pasar a Grecia nuestro sufrimiento desaparecía, pero por desgracia ocurrió lo contrario, crecieron más que cuando estábamos en Siria. Porque lo que he visto en Grecia no lo he visto en la guerra de Siria. La primera sorpresa fue vernos en un campamento. Nosotros veníamos seguros de llegar a Europa y poder trabajar; de contribuir a a la construcción de la comunidad europea, lo cual nos llenaba de orgullo; de contribuir a la construcción de esta sociedad avanzada que antes nos estaba ayudando a pasar la crisis. Queremos ayudar a nuestros hijos y que su futuro sea mejor que el que se les ofrece en Siria. Porque en Siria hemos llegado a un callejón sin salida.
Nuestros hijos viven en medio de la destrucción, de los bombardeos. Yo tengo dos hijas, la mayor tiene 14 años y tengo un niño de 3 años. Los he dejado en Damasco y no tienen a nadie. Bajo los bombardeos, rodeados de grupos terroristas siempre, de radicalismo, de muerte. Venimos a Grecia y nos encontramos en este campamento que veis. Llegamos en pleno invierno, en medio de la nieve y debido a estas duras condiciones he estado enfermo del corazón. Me ingresaron, estuve bajo observación y a pesar de estar enfermo, me pusieron aquí en la tienda, bajo el frío, la lluvia y el calor, entre la suciedad…
No hay comida, es una comida que no se puede comer. Llevamos ya casi cuatro meses aquí. No tenemos nada de dinero. Ni las organizaciones ni el gobierno nos han dado un solo céntimo. Y nos dan comida que no alimenta. Yo pesaba antes de llegar 88 kilos pero, por las duras condiciones, por las enfermedades de estos cuatro meses, ahora mismo peso 67 kilos. He perdido 17 o 18 kilos por todas estas duras condiciones que vivimos.
Ahora mismo ya nadie viene a vernos, ninguna organización, salvo las organizaciones españolas, a las que por supuesto les doy las gracias, al Gobierno español y a los españoles, por su contribución y por su ayuda a los refugiados, especialmente en el campamento de Kastikas. Porque las organizaciones españolas han ayudado mucho mucho a los refugiados de aquí. No hemos visto ninguna ayuda de otros países, estábamos seguros de que Grecia nos iba a ayudar más y por desgracia no hemos visto nada. Todas las ayudas que nos han llegado han sido por España, y por supuesto gracias a los voluntarios que vienen a ayudarnos y nos prestan servicios.
Y no sabemos qué va a ser de nosotros, cuál es nuestro futuro. Llevamos aquí cuatro meses. Nuestros hijos están en un sitio, nuestros hermanos en otro, y nosotros estamos aquí viviendo en condiciones terribles.
Nosotros pedimos y reivindicamos a la Comisión Europea, a la sociedad civil europea, que levanten sus voces contra esta situación. Porque hemos escapado de la muerte, de la destrucción, de los bombardeos. Allí nos enfrentábamos a una muerte rápida, aquí a una muerte lenta. Entre nosotros hay doctores, ingenieros, abogados, artesanos, Todos vienen para trabajar no están pensando en ser una carga para la sociedad europea.
Y todo el mundo sabe, creo, que el pueblo sirio es un pueblo luchador, trabajador, un pueblo que busca la dignidad. Nosotros estamos seguros que la civilización y la dignidad están en Europa. Tenemos un gran respeto por Europa. Para nosotros los países europeos han sentado las bases de la civilización, de los Derechos Humanos. Tenemos la esperanza de que Europa se fije en nuestra situación. Aquí estamos muriendo lentamente.
Le pedimos al pueblo europeo, a la sociedad civil, en esta crisis, que nos ayuden, que ayuden a los niños, a las mujeres, a los hombres, a los viejos que han llegado hasta aquí; que están bloqueados ante los muros de Europa; que piden apoyo, que piden ayuda a la sociedad civil europea. Queremos que nos saquen de aquí cuanto antes para empezar nuestras vidas de cero, para empezar a construir nuestro futuro, aquí, por nuestros hijos, a los que les han arruinado el futuro en siria.
Aquí en el campamento hay aproximadamente 300 niños. No hay escuelas, no hay enseñanza, no hay condiciones adecuadas para los niños. Nuestra vida civil aquí es totalmente inexistente, nuestra vida aquí es totalmente irreal. Esta vida no es compatible con la sociedad europea, jamás. La historia dará cuenta de cómo fue nuestra presencia aquí, porque está claro que nuestra estancia aquí es insoportable para cualquiera. Por eso, volvemos a pedir a la sociedad civil europea que nos ayude a salir de aquí para poder empezar nuestras vidas, la vida de nuestros hijos, reagrupar a nuestras familias, que podamos continuar nuestras vidas con honra y dignidad.
Y por supuesto, le damos las gracias al pueblo español de forma especial por ayudarnos y a su gobierno de manera general. Y le pedimos a la Comisión Europea que nos ayude y que nos saque de esta crisis
Hoy nosotros estamos en este campamento. Todo un pueblo que viene a trabajar para garantizar el futuro de sus hijos. Entre nosotros se encuentran médicos, abogados, ingenieros y gente con todo tipo de oficio. Todo un pueblo dispuesto a trabajar, a participar y a contribuir a construir Europa.
No vinimos a vivir del estado de bien estar europeo, no somos parásitos. No vinimos a nutrirnos de la economía europea, sino que vinimos a clamar por la paz y un refugio. Huimos de los grupos terroristas para no participar ni con el Estado Oficial ni con los grupos terroristas en la guerra de Siria. Por estos niños nosotros hacemos un llamamiento y pedimos a la Comisión Europea de los Refugiados que tome cartas en el asunto, que tenga piedad con el pueblo sirio que está viviendo bajo las lonas de tiendas de campaña, con lluvia, frío, calor, nieve. Estamos enfrentando una durísima situación. Rogamos a todas las organizaciones europeas y del mundo a contribuir en resolver el problema de los refugiados. Nosotros huimos de la muerte y encontramos la muerte aquí. Llevamos cuatro meses en estas condiciones. Todo es una muerte en la muerte. Esto es una tragedia.
Muchas gracias.